
¿Qué se puede esperar de una unión entre la mayor competición de fútbol del planeta y un país enamorado del balón? Se trata de una ocasión única que puede emocionar a cualquier aficionado. El 12 de junio de 2014 arrancará la Copa Mundial de la FIFA en el Arena de São Paulo, en la capital paulista. Este martes, Día de los Enamorados en Brasil, faltarán sólo dos años para que el sueño se haga realidad.
La unión perfecta habrá tardado 64 años en volver a producirse. Cuando se dio por primera vez, la Copa Mundial de la FIFA todavía era una joven sin experiencia que celebraba su cuarta edición mientras muchos países europeos se restañaban todavía las heridas de la II Guerra Mundial. Ni siquiera había competición preliminar y sólo 13 selecciones participaron en aquel certamen.
Aquel primer matrimonio tuvo un final triste para los brasileños, que vieron cómo el título se les escapaba entre los dedos en un Maracaná abarrotado por casi 200.000 aficionados, la mayor asistencia registrada hasta la fecha en un partido de fútbol.
“En 1950, yo era un joven enamorado del fútbol. Jugaba en el São Paulo F.C. y viví el dolor que sentimos los brasileños con aquella derrota. Volver a albergar una Copa Mundial de la FIFA es un sueño para millones de hinchas y estamos seguros de que vamos a organizar un certamen inolvidable”, afirma el Presidente de Comité Organizador Local (COL) de la Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014, José Maria Marin.
Después de aquello, los brasileños conquistaron tres veces la Copa Mundial de la FIFA antes de volver a pensar en una unión con la mayor competición de fútbol del planeta, a mediados de la década de 1980 para ser exactos.
Colombia iba a ser la sede de la Copa Mundial de la FIFA 1986, pero renunció a organizar el certamen, lo que llevó a Brasil a considerar la posibilidad de volver a albergar la cita mundialista. Comenzaba así un tímido flirteo con la competición. Al final, la FIFA optó por México, que ya había organizado la competición unos años antes, pero una semilla comenzó a germinar en tierras brasileñas.
Un objetivo largamente deseado
De esta manera, Brasil empezó a preparar en 1986 su candidatura para organizar la Copa Mundial de la FIFA 1994. Aquello ya era un enamoramiento asumido.
Brasil compitió por la organización de aquel certamen con Estados Unidos y Marruecos. Los propios dirigentes de entonces reconocían que el país sudamericano tendría que prepararse mejor para volver a ser sede de la competición. En 1988 se declaró vencedora a la candidatura estadounidense.
Pasaron algunos años y el deseo aumentó. Brasil presentó una nueva candidatura para la Copa Mundial de la FIFA 2006, pero acabaría retirándose de la lucha para prepararse mejor para otra edición.
Tampoco sería la de 2010, ya que el Presidente de la FIFA, Joseph S. Blatter, estableció el principio de rotación de continentes y le tocaba el turno a África. Finalmente, Sudamérica tendría su oportunidad en 2014.
No obstante, el noviazgo también resultó complicado. Colombia llegó a presentar su candidatura, pero se retractó algún tiempo después. Sólo quedaba Brasil, que demostró estar listo para volver a albergar la Copa Mundial de la FIFA. El noviazgo se formalizó en 2007 y la fecha de la boda se fijó por fin.
“Ahora habrá que demostrar que somos capaces de recibir, con atención y cariño, a toda esa gente que vendrá a Brasil para ver la Copa Mundial de la FIFA. Tenemos la oportunidad de cambiar la imagen de Brasil con esta competición. Necesitamos estar unidos para organizar la mejor Copa Mundial de la FIFA de todos los tiempos”, afirma Bebeto, ex figura del fútbol mundial y miembro del Consejo de Administración del COL en la actualidad.
Faltan dos años de mucho trabajo y grandes expectativas para que el mundo pueda volver a sumergirse en la emoción de una unión perfecta entre un deporte apasionante y un país enamorado del balón.
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